Mientras Joshua cierra la puerta de mi oficina, impidiéndome ver por última vez a la loba, mi lobo se enoja más conmigo. Le molesta que la haya dejado vagar por la manada casi sin ropa.
“Ella no es nuestra”, le regaño.
Él se retira al fondo de mi mente, enfurruñado.
Mi atención vuelve a Joshua, que sigue merodeando junto a la puerta. “¿Tienes algo en mente?”, pregunto.
Ya sé que sí. Siente curiosidad por Ember y por qué la trato de forma diferente. Siendo sincero, ojalá lo supiera.
“¿Cuáles son tus intenciones para la pequeña loba, Damon ? “, pregunta, sin hacer mucho por ocultar su sonrisa.
Conozco a Joshua desde que éramos pequeños. Es mi mejor amigo y el único que siempre me llama por mi nombre.
Nunca lo haría delante de la manada, pero a puerta cerrada, somos amigos ante todo y ante todo.
A menos que esté de mal humor.
Me encojo de hombros. “No tengo intenciones”, resoplo.
Espero que deje el tema, pero debería saberlo mejor.
¿Qué pasará cuando su lobo reaparezca ? ¿O pretendes mantenerlo reprimido para siempre ?
Suspiro profundamente. “Le enseñaremos a Ember a controlar a su lobo. Algo que su manada anterior descuidó”.
hacer.”
Joshua walks over to the desk, shaking his head. “Her wolf tried to end their life. Even with the precaution of Crystal’s oversight, what makes you sure she won’t try again? What she needs is a mate.”
I fold my arms across my chest. I know exactly where he’s going with this, but I don’t need a mate. I had one, and she’s gone. The last thing I need is another one.
“Are you offering, Joshua? Do you want the little she–wolf for yourself?”
My wolf growls at me. He knows I’m not serious about offering Ember to Joshua, but still, he doesn’t like the idea of anyone else claiming her. Usually, we are on the same page, but not where
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Emergency calls only
“Her wolf probably hates you,” I tell him.
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That shuts him up, and I focus back on Joshua, who rolls his eyes. “I don’t want her. I have my own mate out there somewhere, but you-”
“No,” I snap before he has a chance to finish. “Now, go make yourself useful and tell the pack I want them all in the dining room tonight while I welcome the new tributes.”
Joshua sighs, but heads toward the door anyway. He knows better than to keep this line of conversation going.
“Oh, and Joshua?”
He stops in his tracks. Hope lingers on his face as he turns toward me.
“Tell the new guy, Oliver James? Tell him not to come to the dining room until you call for him. I’ll let you know when.”
my own
Joshua’s shoulders sag slightly. He’s been trying to pair me off with another she–wolf since mate met her end. But I have no interest in taking another mate, just so that she can betray me.
“This one’s different,” my wolf mumbles.
I roll my eyes and block him from my mind. The last thing I need right now is a wolf that’s acting
like a love–struck fool.
I leave the preparations for the pack dinner to my delta. He knows exactly what will happen, and how I like things done.
Tonight, though, will be slightly different. I’ll introduce all the new tributes, and then I will send for Oliver James. I’ve already decided to give him the place of second gamma in the pack.
I’ve seen him train, and besides, after how his sister was treated, I doubt he has much allegiance to his former pack. If he does, then I can use his sister as leverage.
I know from all the questions that he asked Joshua on the journey here that he cares for her. He
won’t want to see her hurt.
“We won’t hurt her, she’s ours,” my wolf grumbles.
I roll my eyes and sigh. He’s like a dog with a bone, pun intended.
“I know we won’t hurt her,” I placate him. For now, I let his claim on Ember slide, just to keep him quict. “But her brother doesn’t know that.”
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He grunts, seemingly satisfied.
Joshua mind–links me to let me know that the pack, including the new tributes, are seated. As alpha of the pack, I like to make an entrance, and events like this give me ample opportunity.
As it’s only an internal function, the dress code is smart casual. The idea of this event is to welcome our tributes to the pack, not to make them feel awkward about navigating formalwear and multiple forks.
Not all the packs are as well off as mine, which means that tributes often arrive without many suitable clothes. Ember James is a prime example, but at least she will have something half–decent to wear, rather than the rags that she turned up in.
After dressing in my own jacket and tie, I open the velvet–lined mahogany box on my desk and stare
at the contents.
Inside is a brand made from celestial silver. The symbol is of two intersecting circles, with a wolf’s head inside each one, facing each other.
Lying next to it is another brand, in the shape of an X. This second one rarely gets
used.
The first is what I use to mark all new members of my pack. My pack has employed the brand since my grandfather’s time. Usually, it doesn’t bother me, but the thought of doing this to Ember gives
me pause.
She isn’t as strong as many of the wolves who come into my pack. But we all carry the mark, event me, so she must carry it too. It shows every other pack who we are, and what it means to be a Dark
Moon Pack member.
The second brand is only ever used when a member of the pack is banished. If someone carries this mark, no other pack will accept them. They will be rogue until they die. It’s a traitor’s mark, and those who carry it might as well be marked for death.
The X is branded right over the Dark Moon Pack brand. Neither can be erased, not even by magic.
Every time I bring a new wolf into the pack, and I look at the two brands, I’m reminded why I never again want a mate.
“Traitor Whom Monster.
***
FIVE YEARS EARLIER
Traitor..
Whore… Monster…”
The jeers of the rest of the pack cry out as the she–wolf is dragged before me in silver chains.
My mate. Alessia Northwood. The one who was supposed to be my everything. The one who tried to kill me while I slept. If it hadn’t been for my wolf, she would have succeeded.
I hold up my hands to quiet the crowd. I don’t want to do this, but I have
no choice.
No, es mentira; sí tengo una opción. Podría ordenar que la mataran, pero no lo haré. La Diosa de la Luna nos emparejó por una razón, y no mancharé el nombre de mi diosa matando a quien eligió para mí. Ni siquiera si Alessia intentara matarme.
“Hacer
tú
—¿Tiene algo que decir? —le pregunto—, antes de ejecutar la sentencia.
Ella me mira fijamente.
—Te odio —sisea—. Siempre te he odiado y te rechazo como mi pareja.
Este rechazo no tiene ningún impacto. Como alfa principal, no puedo ser rechazada. Podría rechazar a Alessia; probablemente debería, dada su traición, pero elijo honrar a la Diosa de la Luna.
En lugar de eso, abro la caja antigua y saco la marca plateada que colocará una X contra la marca de su paquete.
Ella lucha, pero mis guerreros la sostienen fuertemente.
Yo, Alfa Damon Scopus, te declaro culpable del intento de asesinato de tu Alfa. Te destierro y te señalo como renegado.
Ella grita mientras la marca le quema la piel. Está hecho.
***
y
AHORA
Cierro la tapa de la caja y la guardo en mi bolsillo. Mi lobo gime en mi interior. Siente la pérdida de su compañero como si fuera ayer, no hace años. Cada vez que abro esta caja, la marca X es un recordatorio permanente de lo que perdimos.
Por eso me sorprende que le haya cogido tanto cariño a la loba. Sobre todo porque intentó atacarnos.
Quizás sea porque ella también perdió a su pareja. Tienen eso en común.
Aparto ese pensamiento de mi mente. No me servirá de nada darle vueltas. Mi lobo quizá quiera al lobo de Ember, pero yo no quiero a Ember.
Dos de mis guerreros están de pie a ambos lados de las puertas dobles que dan al comedor. Inclinan la cabeza con respeto y abren las puertas. Entro en la habitación, mirando a un lado y a otro.
Largas mesas se alinean a ambos lados de la sala, dejando un pasillo en el centro. Al fondo de la sala hay una plataforma elevada con una mesa y cuatro sillas.
Joshua está allí, ya de pie. El asiento junto a él es mío. Los otros dos asientos permanecen vacíos. El de la derecha del mío está reservado para mi compañera, la luna de la manada. El de la izquierda de Joshua es…
reservado para su pareja.
Espero que un día el asiento vacío al lado de Joshua se llene, pero juré después de perder a Alessia que el que estaba a mi lado permanecería vacío para siempre.
Al acercarme al escenario, miro a izquierda y derecha. Seis de mis siete nuevos tributos están sentados cerca del escenario, listos para su incorporación a la manada. No puedo evitar concentrarme en Ember James.
Lleva un vestido veraniego azul pálido y su cabello rubio le cae suelto hasta los hombros. Su piel es suave y pálida, sin imperfecciones. ¿Cómo puede ser tan pequeña y tímida cuando su lobo es tan fuerte y aguerrido?
Dejo ese pensamiento de lado y me concentro en la tarea que tengo entre manos.
Subiendo los escalones del escenario, camino hasta mi silla y me paro frente a ella, colocando la pequeña caja sobre ella.
la mesa.
Hoy damos la bienvenida a nuestros nuevos tributos a la manada. Antes de comenzar, también me gustaría darle la bienvenida a otro nuevo miembro: Oliver James, de la Manada Craven Moon.
Las puertas se abren de par en par y entra Oliver James. Sonríe al encontrar la mirada de su hermana. Ember chilla, salta de su asiento y corre hacia él.
Pero antes de que ella lo alcance, su mirada se desvía de su hermana hacia Crystal. Sus ojos brillan negros y gruñe: «Mío».
Su lobo está cerca de la superficie. Ha encontrado a su compañera. Roza a Ember como si no fuera nada para él, tirándola al suelo en su prisa por alcanzar a Crystal.
Crystal corre hacia él y salta a sus brazos, envolviendo sus piernas alrededor de su cintura.
El resto de la manada lanza vítores . Siempre es un buen momento cuando los lobos encuentran a su destino.
Reston un pan na mays mates. Un motivo para celebrar.
un gunu numen cuando me llama entonces rawa
Aplaudo junto con el resto de ellos, pero luego miro a Ember y veo lágrimas corriendo por su rostro mientras se aleja lentamente de la pareja.
Se suponía que este sería un momento para levantarle la moral. Resultó ser todo lo contrario. Tiene que observar a las dos únicas personas que realmente le importan, disfrutando de un momento que sabe que…
Ella nunca podrá tenerlo.
