MIEMBRO
Mi alegría al ver a mi hermano se hace añicos en tristeza cuando me deja fuera de juego como si fuera basura.
Crystal, mi nueva amiga y protectora jurada, también me ignora. Solo se miran el uno al otro. El abrazo que quería —no, el abrazo que necesitaba de mi hermano— es suyo ahora.
Su alegría al encontrarse evoca recuerdos dolorosos. Cuando me apareé con Noah, debería haberme abrazado como Oliver abraza a Crystal, pero no lo hizo. También me descartó como basura.
Probablemente debería alegrarme por él. Amo a mi hermano. Me alegra que haya encontrado a su pareja, y que sea alguien tan fuerte y capaz como Crystal. Pero no puedo celebrarlo cuando eso significa perderlos a ambos.
Me arrastro a gatas como la basura inútil que soy, abriéndose paso entre las piernas y los pies que se abalanzan sobre la nueva pareja. Nadie me nota.
Me arrastro bajo una de las mesas grandes y salgo hacia una puerta al otro lado. Probablemente aquí es donde los omegas traen la comida para el festín.
Me levanto y entro rápidamente, cerrando la puerta tras de mí. Luego me abrazo en un vano intento de contenerme.
When Alpha Scopus realizes I’m gone, he’ll probably think that I’m running away. Crystal will too, and she’ll blame me for setting her up to get punished.
I’m not running, though, because I have nowhere to go. I just need to find some solitude.
Back at the other pack, I would always find myself at Lovers‘ Leap when I needed to be alone or to gather my thoughts. The sounds of the water would soothe me.
I don’t have that here, though, so instead I search for a storage cupboard or somewhere dark where I
can be alone.
I spot a door slightly ahead. The corridor is dark, but I hope it will be a bolt–hole. My fingers wrap around the doorknob, but before I have a chance to turn it someone grabs hold of my hair and yanks.
mc back.
I squeal as I hit the floor. When I look up, I expect to see Alpha Scopus, or perhaps Beta Vance, but it’s not either of them.
My heart begins to beat wildly in my chest as three men close in on me. I know them. They’re the three males from the bus that brought me here. The new tributes.
“Look what we have here, the little runt who thinks she can challenge the alpha,” one of them
sneers.
I squeal again as he yanks me up by my hair. It feels like a million needles are being jabbed into my scalp.
He pushes me toward one of the others, who grabs my arms, pinning them behind my back.
“Please…” I whimper.
Pain blooms on my cheek as my first tormentor backhands me across the face. A metallic taste invades my mouth as blood trickles from my lip.
This guy must be the ringleader. “You don’t speak unless I tell you,” he snarls.
I lower my head. If this is my end, I’ll accept it, but I’m sure that’s not what these men want. They want me to fight back, but I won’t.
Another one grabs my hair and wrenches my head back so I have to look at all three of their leering
faces.
“You’re probably a spy. It’s how the weakest packs always get a foothold. Spies and assassins. Or perhaps you’re a witch. That must be it. No werewolf could be as small as you are. Do you know what my pack does with witches?”
I
gasp as a deep voice resonates through the corridor. “No, tribute. Why don’t you tell me?” Alpha Scopus growls.
The two men who are holding me up suddenly release me and take a step back. I drop to the floor, wincing as my knees impact the hard floor.
I look up to see Alpha Scopus looking down at me. He looks pissed, so I quickly avert my eyes.
I know I’m in trouble, but I don’t want to make it any worse for myself, or for Crystal.
He grabs hold of the ringleader by the throat and pins him against the wall. I think for a moment that he might kill him, and I can’t help the whimper that escapes my lips.
“You think I’m incapable of meting out punishment if it’s deserved, do you?” he growls at the ringleader. His hand is gripping the man’s neck so tightly that he can barely breathe, let alone talk.
“You’re about to find out,” the alpha hisses.
Then I hear the sound of heavy footfalls, and see several heavily built warriors running toward us.
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“Take these tributes and lock them in the dungeon,” Alpha Scopus commands. He releases his grip on the ringleader, who falls to the floor clutching his throat and gasping for breath.
The warriors grab hold of the three men. Then I feel one of the warriors roughly grabbing my arm as well.
“Not her,” Alpha Scopus growls. “No one, I repeat, no one touches her without my authority.”
The warrior bows and follows the others as they drag the three tributes off to the dungeon.
Alpha Scopus crouches down in front of me. Even in this position, he is huge, looming over me.
His hand touches the underside of my chin as he tilts my head up so that I’m looking at him. “Running again, little wolf?” He wipes the blood from the corner of my mouth with his thumb.
I swallow nervously. “N…no. I just needed…”
I stop talking as the realization hits me. If he thinks I was running, then he’ll punish Crystal. Mayber even slaughter my old pack. “Please don’t hurt them,” I beg.
He frowns. “Who?” He probably thinks I mean the men who were just about to beat me or kill me.
“Crystal. My old pack. I wasn’t running away, I swear,” I blurt out.
Alpha Damon looks at me and smirks. “You’ve just been attacked and hurt. Disrespected by your friend and your brother. And still, you put everyone else before yourself.”
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He sighs and shakes his head. “Your mate was a fool, Ember James. A stupid fool.”
I blink, a little confused. But I don’t get a chance to ask him what he means before he gently grabs my arm and helps me to my feet, leading me back toward the dining room.
“What happens now?” I whisper.
Alpha Damon looks down at me and smiles. “I bring you into my pack, as I had intended to do before you disappeared, and then I will decide on your punishment.”
I let out a gasp.
“Punishment?”
He nods. “You left an official function without permission. Once I bring you into the pack, I will mete out an appropriate punishment. You must learn to do your alpha’s bidding. Do you understand,
Ember James?”
I lower my head. “Yes, Alpha,” I whisper. I’m just grateful that he didn’t send me down to the
When we return to the dining room, everything has calmed down, and my brother is standing in front of the stage with his arm wrapped around Crystal. It seems that they are now inseparable.
Me pregunto si mi hermano tendrá su propia casa ahora. Es raro que las parejas vivan en la casa de la manada. Si lo hace, dudo que haya espacio para mí. No quiero ser el tercero en discordia.
Parece que en cuanto empiezo a hacer una nueva amiga, me la van a arrebatar. Dudo que haga otra amiga tan fácilmente. Ni siquiera entiendo por qué Crystal intentó hacerse amiga mía.
Alpha Scopus me lleva al frente del escenario, donde estoy junto a mi hermano y Crystal. Hay otra loba al otro lado.
Parece que los demás tributos no se unirán a la manada hoy, ya que están supurando en la mazmorra de Alpha Scopus. Supongo que también es culpa mía.
Alpha Scopus se coloca detrás de la mesa, con el beta, Joshua, de pie junto a él.
La otra loba es la primera en subir. No le presto mucha atención; estoy demasiado ocupada esperando que Oliver me note, pero no lo hace. Entonces es el turno de Oliver de subir y presentarse para el ritual de iniciación que nuestro nuevo alfa tenga en mente.
El alfa saca algo de una caja. No puedo ver bien qué es, pues el cuerpo de mi hermano me impide ver.
Entonces oigo un gruñido escapar de los labios de mi hermano. Jadeo. Seguramente será castigado por gruñirle al alfa.
Pero Alpha Scopus simplemente sonríe.
“Le doy la bienvenida a Oliver James a la manada Luna Oscura”.
Cuando mi hermano se gira para mirar a todos, lo veo. La marca en relieve, dolorosa, en su brazo. De repente, siento náuseas. ¿Le hará eso a Crystal y luego a mí?
Había oído hablar de estas marcas antes, pero creía que era solo un mito. Una leyenda urbana. No creía que la gente se quedara de brazos cruzados y permitiera que sus alfas les marcaran la piel.
La piel pálida de mi hermano ahora luce un símbolo negro de la Manada de la Luna Oscura: dos cabezas de lobo en dos círculos. Grabado en su piel con plata celestial.
Ahora desearía haberme escapado de verdad , en lugar de solo buscar un armario oscuro. Y esto ni siquiera es mi castigo; en todo caso, se supone que es una recompensa.
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Crystal es la siguiente. Mi hermano se queda a un lado mientras ella se acerca a la mesa y extiende el brazo , lista para aceptar la marca.
No entiendo por qué lo hacen voluntariamente. Me estremezco por Crystal cuando la alfa le aprieta el hierro contra el brazo. Aprieta la mandíbula y sisea al rozar su piel, y veo oscuras volutas de humo elevarse al arder.
Pero luego se gira para mirar hacia la habitación, tal como lo había hecho mi hermano, mostrando con orgullo el nuevo
en su brazo.
marca v
“Le doy la bienvenida a Crystal Northwood a la Manada Luna Oscura”, dice el Alfa Damon, sin dar señales de sentir algo por infligir tanto dolor. Es algo común para él, pero no para mí.
Mi hermano abraza a su compañera con orgullo y luego le susurra algo al oído. Crystal sonríe.
Ahora me toca a mí, pero no puedo. Retrocedo un paso, solo para golpear algo duro. Miro hacia atrás y veo a uno de los guardias del alfa.
Miro hacia Alpha Scopus suplicante, pero él simplemente asiente al guardia, quien me escolta hasta el escenario.
—Por favor —suplico mientras me enfrento al alfa.
Él me mira. ¿Es arrepentimiento lo que veo en su rostro?
« Sé valiente, pequeño lobo», murmura, lo suficientemente alto como para que lo oiga. Entonces el guardia me sujeta mientras Alpha Scopus me coloca la marca en el brazo.
No soy valiente. Nunca lo he sido. Solo quería vivir tranquilo y atender a los enfermos. Así que, a diferencia de mi hermano y su compañero, no me quedo ahí parado estoicamente. No contengo el dolor mientras mi carne…
quemaduras .
Lo último que oigo antes de que la oscuridad me consuma es el sonido de mis propios gritos.
